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viernes, 23 de enero de 2015

CARTA DE AGUSTIN ACOSTA AL TIRANO FIDEL CASTRO

Fidel:
Me llamo Agustin Acosta y soy un cubano más de la mafia de Miami. Hacia tiempo que estaba por escribirte esta carta. Ahora me he apresurado a hacerlo porque el periodista Alberto Muller me dijo hace unos dias que estabas “en las ultimas”, entubado por cada orificio de tu cuerpo, pero que Dalia no se atrevía a desconectarte.
! Oye, eso no es problema ! Con gusto te hago el favor y te desconecto yo mismo. Lo haría con gran placer y sin vacilaciones, como tu tampoco vacilaste en desconectar las vidas de miles de cubanos a los que ordenaste fusilar, como a Arnaldo Ochoa.
Permiteme, en estos días finales de tu existencia entre los vivos, prepararte para lo que te va a ocurrir pronto. Ya ha sido demostrado por científicos como Raymond Moody, que hay vida, mas allá de la muerte. Entonces tu, Fidel, cuando te vayan desconcetando poco a poco de las máquinas que te mantienen vivo, te darás cuenta de esa realidad. Verás como tu espiritu se desprende de tu cuerpo putrefacto y maloliente y comienza a descender por un tunel oscuro. A diferencia de los que han llevado una vida buena, a ti no te irán a recibir tus parientes fallecidos. A ti te recibirá una comitiva de ilustres personajes infernales.
Al final del tunel, estarán Calígula y Neron, los del imperio romano, que fueron carniceros degenerados como tu. Adolfo Hitler y Mengele también estarán allí, junto a los soviéticos Lenin y Stalin, responsables de las muertes de decenas de millones de europeos. En representación de Asia, Mao Tse Tung, Ho Chi Minh y Pol Pot también integrarán el grupo. No podrían faltar los musulmanes Ghadaffi, Saddam, el Ayatola Khomeini, Bin Laden y Arafat. Del Africa negra, te irá a recibir el caníbal Idi Amin y en representación de America Latina, estaran Manolito Marulanda “Tirofijo” y Pablo Escobar, tus antiguos socios en el narcotráfico y el “Che” Guevara, que fusiló a cientos de cubanos
Después de los saludos de rigor, el comité de recepción te conducirá al gran salón donde serás sometido a tu juicio individual. Si creiste alguna vez que irías a parar al mismo lugar que fueron Cespedes, Maceo y Marti, te llevarás tu primera gran sorpresa post mortem.
Te verás sentado, sólo, en el frío banquillo de los acusados. El peso del universo te aplastará. Entonces, el Altísimo ordenará que comience tu juicio y verás la película de tu vida. Sentirás en tu alma el dolor y el sufrimiento que sintieron cada una de tus victimas y temblaras aterrado por las barbaridades que cometiste por más de 80 años. En ese momento, las puertas del salón se abrirán para que pasen tus acusadores.
Primero desfilarán los que fueron fusilados por ordenes tuyas en el paredón. Vendrán acompañados de sus madres y sus viudas. Después seguirán los miles de cubanos que se ahogaron en el mar al tratar de huir de tus horrores. Encabezaran ese grupo los martires del remolcador 13 de Marzo y los niños de la matanza del río Canimar. Detrás seguirán los presos políticos que murieron en las carceles o los torturados que fallecieron en las celdas de la seguridad del estado.
Para entonces, continuarás sintiendo cada golpiza, cada bayonetazo, cada descarga electrica, la asfixia de los que se ahogaron en el mar y el llanto de sus huerfanos. Experimentarás la angustia de los que no tuvieron medicinas para aliviar sus dolores porque tu las vendias a los turistas que pagaban con dólares en los hospitals de Cuba. Ta acusarán también los soldados que mandaste a morir a Angola, a Bolivia y a los países adonde exportaste guerrillas comunistas y tampoco faltaran quienes murieron asesinados por ellos. 
Mira, Fidel, seras juzgado por décadas de acciones maleficas que comenzaron en el pueblo de Biran. Me contó tu entrañable amiguito de la infancia Ricardo Valladares que, de niño, te gustaba atrapar lagartijas para arrancarles la piel mientras estaban vivas o ranitas para clavarles agujas y verlas sufrir. Lo mismo harías después con el pobre pueblo cubano al que crucificaste el la cruz de tu maldita revolución. Sometiste a los cubanos al sufrimiento y a la miseria mientras saqueabas los tesoros nacionales y te llevabas la riqueza de la nación a cuentas privadas en bancos extranjeros.
Te juzgarán también por ladrón. No por ser un simple cleptomano, oh no, sino por ser el que mas ha robado en todo el hemisferio desde el descubrimiento en 1492. A robar, aprendiste de tu padre, un vulgar cuatrero que usurpaba las vacas y los caballos de las fincas adyacentes a la suya, en medio de la noche. Pero tu lo superaste con creces. Te robaste todas las casas, todas las fincas, todos los negocios, todas las empresas, todas las propiedades privadas de los cubanos. Pasaste a ser, de un momento a otro, de un vago miserable que nunca trabajo en su vida, a ser uno de los hombres más ricos de America Latina. Y luego trataste de robar la conciencia de los cubanos, pero no lo lograste. Aunque muchos fueron atrapados por tu veneno, todavía quedaban en Cuba valientes patriotas que se te opusieron y prefirieron morir antes que sucumbir a la ideología soviética que trajiste a la isla cuando vendiste tu alma al diablo como una prostituta de barrio adentro, que son las más baratas.
Te aclaro que esto último no es una simple exageración literaria. Tu eres, en verdad, un ente diabolico. Varias veces me contó tu amigo personal Ricardo Valladares como, después del ataque al cuartel Moncada, la policía y el ejercito de Batista te buscaban para matarte. Entonces Lina, tu madre, de la que aprendiste el oscurantismo y la magia negra, te llevo a ver a un brujo jamaiquino de Oriente y entre los tres hicieron una conjura para salvarte la vida. Fue entonces que le entregaste tu alma a Satanas, que no dudo en protegerte a sabiendas que si te daba poder terminarias ofreciendole el sufrimiento de millones de cubanos. Tu propio ex cuñado, Rafael Diaz Balart, me dijo muchas veces que estaba convencido que eras un ser endemoniado. Una vez, un arzobispo católico africano que conoci en Puerto Rico me aseguró que el drama de Cuba no tenia ni explicacion ni solución sociopolítica porque tenía su origen en la posesión diabolica de su máximo lider. Aquel cura, experto en exorcismo, estaba convencido que eras una marioneta del demonio.
Fidel, contrario a lo que muchos piensan, tu has sido siempre un perfecto fracasado. Fracasaste como abogado. Fracasaste como hombre, porque la familia de Mirta te tenía que dar dinero para que Fidelito comiera. Fracasaste como hermano, pues hasta Juanita te denunció internacionalmente como un criminal y un delincuente. Fracasaste como padre cuando Alina renegó de ti y se cansó de decirle a todo el mundo que eras un simple villano. Traicionaste a tus amigos más cercanos y a los que no mandaste a matar como a Camilo Cienfuegos, enviaste a la cárcel como a Huber Matos. 
Condenaste a millones de seres humanos a la más absoluta miseria, mientras sacabas de Cuba cajas repletas de dolares hacia bancos de Europa. Ya en los años 90, la revista Forbes estimo tu fortuna personal en mas de 1,000 millones de dolares provenientes, en gran medida, del narcotráfico.
Hiciste que te llamaran “comandante en jefe” sin haber disparado ni un solo tiro, salvo el que disparaste, por la espalda, a un estudiante de la universidad de La Habana. Cuando el ataque al Moncada, mandaste por delante a tus hombres y tu solo llegaste al lugar cuando la accion habia terminado. En la Sierra Maestra siempre te mantuviste en la retaguardia, fuera del alcance de las balas. Te presentaste en Bahía de Cochinos cuando los combates habían cesado y los valientes brigadistas, que te mataron mas de mil hombres, habian sido derrotados por la vil traición de Kennedy.
Sin embargo, Fidel, antes que te acabes de morir, tengo que darte las gracias. !Muchas gracias por haber sacado de los cubanos nuestros mejores atributos!. Somos los mejores mecanicos del planeta, porque Cuba es el único país donde todavía circulan autos de los años 40 y 50. Hemos sido los mejores navegantes de la historia y dejamos chiquitos a Colón, Magallanes y los fenicios, pues cruzamos los mares hacia tierras remotas para huir de tus horrores, aferrados a pedazos de madera, neumáticos o recipients plásticos, para llegar a las Bahamas, Haiti, Puerto Rico, Jamaica, Honduras, México, Gran Caiman y República Dominicana. Bajo las aguas del oceano, reposan todavía miles de cadaveres.
A los Estados Unidos hemos venido por millones y hemos sido, desde mendigos hasta representantes y senadores en el Congreso y pudiera un día un cubano ocupar la Casa Blanca. Gracias a ti, hemos sido músicos en Noruega, taxistas en Australia, camelleros en las Piramides de Egipto, vendedores ambulantes en Perú y en España. Hubo uno que llego a Madrid aferrado a las gomas de un avión de Iberia.
Hasta unos cuantos de nosotros aprendimos a hacer periodismo para poder denunciar tu barbarie y ayudamos a que te condenaran por muchos años consecutivos en las Naciones Unidas como el peor violador de los derechos humanos de todo el continente.
Cobarde miserable que te has crecido dando golpes a las damas de blanco, asesinando a los aviadores indefensos de los Hermanos al Rescate, explotando a los estudiantes cubanos con trabajos forzados en los campos, entre ellos a mi y forzando a las niñas a la prostitucion para poder comer, seras juzgado por la justicia que nunca falla. Seras juzgado por traidor, por mentiroso, por ladrón , por asesino, por narcotraficante, por armar y financiar guerrillas, por fomentar el odio y derramar rios de sangre. Pero volvamos al juicio.
Después que todos tus acusadores hayan desfilado ante ti, el Todopoderoso ordenará que hablen tus defensores. Entonces se escuchará un profundo y aterrador silencio . !Hay Fidel, … allí no habra nadie! Un arcangel explicará al Santo Juez que hubo una misa ofrecida a tu favor por el cardenal Jaime Ortega, quien en su homilia insistió que habias sido un gran cubano, casi un padre moderno de la patria. En ese momento entrará a la sala tu único testigo exculpatorio, Hugo Rafael, pero sus palabras quedaran opacadas por el clamor de millones de voces que gritaran ! asesino, asesino, asesino…condenad, Señor, al monstruo de Biran!. En ese momento, Chavez huira despavorido como un día huyo de Miraflores.
El Altísimo preguntara si hay algo mas a tu favor. Le explicarán que tres de tus amigos vivos enviaron una carta pidiendo clemencia por tu alma. Venia firmada por Maduro, Maradona y Evo Morales, pero no se pudo leer en el juicio por su sentido incoherente y sus numerosas faltas de ortografía. Por fin se escuchará tu sentencia.
Para entonces, Fidel, te sentirás abandonado, aterrado, después de haber sentido el dolor de cada víctima. La mirada penetrante del Todopoderoso será tu peor pesadilla y serás sentenciado a morar eternamente en el infierno. En un abrir y cerrar de ojos, te verás en presencia de Satanas, el diablo, quien te dará la bienvenida con aullidos de jubilo y celebrará la llegada de uno de sus discípulos más fecundos de la era moderna.
En ese instante, se romperán los cerrojos de las carceles cubanas. Los balseros, en alta mar, recibirán la inspiración divina de dar media vuelta y regresar a Cuba, mientras una legión de angeles sobrevolara la isla para derramar el don de la sabiduría que abra los corazones y las mentes de los que todavía crean en tu maldita revolución, para que salgan del error y abandonen la oscuridad.
Parada sobre el muro del malecón de La Habana, una niñita de cabellos dorados y ojos negros lanzara al mar una rosa blanca que cultivo en junio y corto en enero, por el descanso eterno de todos los que murieron por tu culpa, dentro y fuera de Cuba y por la reconciliación de todos los cubanos.
Después, se escuchará una voz potente como un trueno, que desde el Cielo dirá: “Cubanos del mundo entero, regocijaos, porque las palmeras han comenzado a reverdecer en las sabanas de vuestro país que ha sido desolado. Cubanos, regocijaos, porque ya se hecho justicia, la patria de Marti renacera de nuevo y vuestra liberación del maligno ha comenzado”.

Fuente;faceboook
Agustin Acosta

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