Hace un par de meses la Radio Televisión Española (RTVE) y la de Editores de España organizaron un concurso de microrelatos ( cuentos cortos) . Cientos de cuentos llegaron para concursar. Las reglas eran sencillas: no más de 200 palabras y que en alguna parte del cuento, apareciera la palabra librería. Yo me atreví a cometer un sacrilegio literario e hice llegar dos cuentos y participaron juntos a unos 750 microrelatos creados por escritores ya consumados y por otros -que como yo- garabateamos para vaciar el alma. No gané, pero me sentí feliz por el solo hecho de participar. Hoy quiero compartir uno de mis cuentos , con todos los que tienen un sueño y les gusta la literatura.
Les dejo con mi microrelato:
El espejo
Despertó espantado y angustiado. De un salto salió de la cama que se había convertido en su refugio, desde que Dunia le abandonó. Caminó unos pasos y al levantar la vista, confirmó lo que había soñado por años: era él… mirada perdida y pelo desliñado; con veinte años más sumados a los cincuenta ya cumplidos; con miles de kilómetros tatuados en su piel… Una lágrima seca se desprendió desde su ojo izquierdo, el único que había sobrevivido después de la aparición de su crónica diabetes. Respiró profundamente y por un instante fue feliz. De su memoria, una de las pocas cosas que no le habían abandonado, recogió los mejores pedazos de su vida infantil. Otra lágrima seca se le escapó.
Caminó hasta el fondo de la casa y entre cajas olvidadas encontró la cuerda que por años llevó kenny, su fiel labrador que había sido el último en abandonarlo, porque él mismo lo había llevado hasta un refugio de animales, para que no muriera de hambre… Dos lágrimas cargadas de nostalgia, dolor y abandono cayeron desde lo alto y quedaron milagrosamente estacionadas sobre un libro de Alfonsina Storni que había tomado prestado en la Librería Municipal.
Nota: si alguien quiere compartir su interpretacion del cuento, puede dejarme su comentario. Gracias!
Hace un par de meses la Radio Televisión Española (RTVE) y la de Editores de España organizaron un concurso de microrelatos ( cuentos cortos) . Cientos de cuentos llegaron para concursar. Las reglas eran sencillas: no más de 200 palabras y que en alguna parte del cuento, apareciera la palabra librería. Yo me atreví a cometer un sacrilegio literario e hice llegar dos cuentos y participaron juntos a unos 750 microrelatos creados por escritores ya consumados y por otros -que como yo- garabateamos para vaciar el alma. No gané, pero me sentí feliz por el solo hecho de participar. Hoy quiero compartir uno de mis cuentos , con todos los que tienen un sueño y les gusta la literatura.
Les dejo con mi microrelato:
El espejo
Despertó espantado y angustiado. De un salto salió de la cama que se había convertido en su refugio, desde que Dunia le abandonó. Caminó unos pasos y al levantar la vista, confirmó lo que había soñado por años: era él… mirada perdida y pelo desliñado; con veinte años más sumados a los cincuenta ya cumplidos; con miles de kilómetros tatuados en su piel… Una lágrima seca se desprendió desde su ojo izquierdo, el único que había sobrevivido después de la aparición de su crónica diabetes. Respiró profundamente y por un instante fue feliz. De su memoria, una de las pocas cosas que no le habían abandonado, recogió los mejores pedazos de su vida infantil. Otra lágrima seca se le escapó.
Caminó hasta el fondo de la casa y entre cajas olvidadas encontró la cuerda que por años llevó kenny, su fiel labrador que había sido el último en abandonarlo, porque él mismo lo había llevado hasta un refugio de animales, para que no muriera de hambre… Dos lágrimas cargadas de nostalgia, dolor y abandono cayeron desde lo alto y quedaron milagrosamente estacionadas sobre un libro de Alfonsina Storni que había tomado prestado en la Librería Municipal.
Nota: si alguien quiere compartir su interpretacion del cuento, puede dejarme su comentario. Gracias!
Les dejo con mi microrelato:
El espejo
Despertó espantado y angustiado. De un salto salió de la cama que se había convertido en su refugio, desde que Dunia le abandonó. Caminó unos pasos y al levantar la vista, confirmó lo que había soñado por años: era él… mirada perdida y pelo desliñado; con veinte años más sumados a los cincuenta ya cumplidos; con miles de kilómetros tatuados en su piel… Una lágrima seca se desprendió desde su ojo izquierdo, el único que había sobrevivido después de la aparición de su crónica diabetes. Respiró profundamente y por un instante fue feliz. De su memoria, una de las pocas cosas que no le habían abandonado, recogió los mejores pedazos de su vida infantil. Otra lágrima seca se le escapó.
Caminó hasta el fondo de la casa y entre cajas olvidadas encontró la cuerda que por años llevó kenny, su fiel labrador que había sido el último en abandonarlo, porque él mismo lo había llevado hasta un refugio de animales, para que no muriera de hambre… Dos lágrimas cargadas de nostalgia, dolor y abandono cayeron desde lo alto y quedaron milagrosamente estacionadas sobre un libro de Alfonsina Storni que había tomado prestado en la Librería Municipal.
Nota: si alguien quiere compartir su interpretacion del cuento, puede dejarme su comentario. Gracias!
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