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viernes, 8 de noviembre de 2013

Hacia dónde vamos?,

  • Fuente:facebook.
    Hacia dónde vamos?, a propósito de la situación relativa a la presencia haitiana.

    1. El domingo pasado, en el desarrollo de la Maestría se expusieron algunos juicios en torno a la problemática haitiana, y como no era una temática de debate en la clase algunos nos quedamos con algunas inquietudes. Aquí expongo las mías a la consideración de quienes tengan la amabilidad deleerlas.
    2. Anexo a estas palabras presento una carta escrita por el profesor Juan Bosch en Cuba, en 1943 en torno a las actitudes frente a la problemática haitiana. Con la intención de que sea conocida y pueda servir de referente para cualquier dialogo. Solo que consideramos más apropiado hacerlo de manera escrita. Esto así para que los planteamientos queden y cada quien tenga el tiempo para ser escuchado, a veces se juega a limitar el otro en sus juicios. Quizás el interés debe radicar en la posibilidad de que todos nos escuchemos.

    3. Maestrante, al nivel que estamos sabemos que la realidad existe al margen de que la misma puede ser conocida por los sujetos, al margen de que estemos en capacidad de conocerla y discernirla, razonarla y poder interpretarla, o explicarla lógicamente. Existe condicionada por la visión que tenemos.

    4. Las actitudes y posiciones asumidas por muchos frente a la problemática haitiana no es nueva en la sociedad dominicana. Esta es alimentada por intereses que no siempre expresan el sentir del pueblo, sino los intereses de personas, grupos y sectores interesados. Realidad esta que algunos quieren desconocer o ignoran.

    5. Sabemos, reconocemos, que la República Dominicana no está en capacidad material de absolver esa parte de la población haitiana que está en el país, básicamente por necesidades materiales, por aspiraciones propias de todo ser humano, como es la experiencia de los exiliados económicos dominicanos en los Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo como la isla de Puerto Rico. En esta última con un rechazo evidente hacia los dominicanos. Empero nos vamos en bote, con una alta inversión de dinero y costo en vida humana, sin esperanza real alguna. Huyendo de un país donde muchos han perdido la esperanza de un mejor futuro.

    6. En la República Dominicana de ningún modo se puede ignorar la necesidad de preservar la integridad del territorio toda vez que esté en peligro, así como todo el conjunto que nos define, que nos identifican, caracterizando nuestros elementos simbólicos y materiales, así la integridad de la población. Esta es y debe ser una posición innegociable ante cualquiera. La solidaridad no es renuncia a la soberanía de la República.

    7. En modo alguno se puede ignorar la existencia de un discurso, tanto en la parte haitiana como dominicana, que encierra una actitud de confrontación. De manera que podemos asumir que estamos al acecho uno del otro. Esto también ha sido alimentado maliciosamente, más allá de las posibilidades de una confrontación en el marco de una aventura tipo las que se escenificaron a partir del 1844 con las respectivas invasiones.

    8. No obstante llama la atención actitudes nacionalistas en personas recurrentes por su carga de prejuicio, para quienes los haitianos son los únicos extranjeros, peligrosos además, de todos los ilegales y residentes legales venidos de otras latitudes. En este momento, más allá de las preocupaciones válidas del pueblo llano están esos en acecho, reforzando actitudes e impulsando conductas para beneficios propios y satisfacción de su ego, quizás. Debemos ser capaces de preguntarnos hacia dónde vamos? Qué queremos? Confrontaciones?

    9. No olvidemos que Duarte, quien creó un instrumento para combatirlo, también supo expresar su admiración hacia el pueblo haitiano. Hoy estamos compartiendo un espacio insular donde cada uno ha desarrollado su conformación como pueblo-nación. Con la existencia de un pasado lleno de confrontaciones pero también de manifestaciones solidarias y de entendimiento. Esa es la realidad que no podemos negar.

    Luis Tavárez Jiménez
     
     

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